sábado, 28 de febrero de 2015

Historias sobre Julieta

Menstruación



El blanco de la bañera se borró con la sangre espesa de Julieta. Nunca había visto toda su sangre correr libre fuera de su cuerpo. Siempre había visto los restos oxidados pegados a pedazos de tela y algodón. Eran manchas apestosas sin vida. Hoy parecía un río brillante lleno de vida. De repente se sintió engañada. Había aprendido a ver en su sangre fealdad. Estaba acostumbrada a desdeñar el proceso biológico obligatorio para el cual era citada todos los meses. Sin embargo, en aquél momento, escondida en el baño y mientras sus pies besaban la bañera caliente y húmeda, Julieta se dio permiso para sentirse fascinada sin cargar sobre sus hombros ni una pizca de remordimiento. Sus ojos se hacían grandes. Eran dos esferas rojas de navidad. El brillo de su sangre invadía su rostro. Las voces asqueadas del mundo hicieron silencio. Entre el asombro y la fascinación logró colarse una sonrisa de dientes separados y boca abierta. Su pecho ardía de emoción. Sus manos, había dejado de sentir sus manos, y sus pies y todo su cuerpo. En ese instante no existió nada más que su río de sangre. Se había enamorado. Ella no sabía que podía crear con su cuerpo tales ríos preciosos de condensada escarlata. Tampoco sabía que llevaba consigo tinta para pintar paisajes en su bañera. El río no bajaba por sus piernas sino que caía como cascada y brotaba caudaloso de su nueva mejor amiga. La copa lograba atrapar un pedazo de su interior sin lastimarlo. Acumulaba la sustancia compleja dentro de si como un vientre para luego parirla. La copa era íntegra, la copa no mentía. La copa, ante todo, era fuente de liberación. Era una habitación cómoda, un hospedaje de tipo transitorio en el que sus células podían descansar seguras sin sufrir cambios hasta el momento de su liberación. Julieta permaneció inmóvil mientras el río, su río condensado de escarlata abandonaba el canvas húmedo. Observó el espectáculo de liberación muy atenta mientras una ola súbita de poder se acomodó en su pecho. Se quedó pegada a la bañera hasta que las gotas juguetonas de agua lograron escapar junto con el último rastro de su río condensado de escarlata.


Creative Commons LicenseHistorias sobre Julieta: Menstruación by Ismarí Marín Negrón is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International License.

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